Hoy es uno de esos días en los que sientes que llevas mucho tiempo persiguiendo algo, y parece que nunca llegará. Llevo varias horas trabajando con la banda sonora de La la land, una película maravillosa que no os podéis perder en la gran pantalla. Lo bonito de todo, es que me transporta a la magia de los deseos, de los sueños, los anhelos, y parece que funciona. Ahora me imagino volando sobre una nube, con una varita mágica, o bajo una noche oscura pero llena de estrellas que me enseñan el camino a ninguna parte. Probad con esta canción City of Stars, podéis encontrarla fácilmente en YouTube.
Todavía no os he contado que soy projeccionista y supervisor de unos cines muy bonitos de Londres. Una profesión preciosa, y más cuando se ve envuelta en la magia de películas como ésta. Pero más que ésta película en sí, es también el Cine, la magia del Cine. Hace poco vi la película de Rogue One: A Star Wars Story en IMAX 3D y lloré como una magdalena, y eso que nunca me ha llamado mucho la atención la saga de George Lucas/Disney. Fue esa magia, la impresión de estar tan tan tan metido en la película y de oír y ver hasta el último detalle de lo que estaba pasando, que cuando terminó me descubrí a mi mismo llorando de la emoción y de la impresión.
No quería señalar mi experiencia en IMAX como indispensable para sentir "la magia del Cine", ni mucho menos, me refiero más a la mediatización, un término que váis a ver que menciono mucho. Un IMAX 3D mediatiza cualquier película a doscientos por cien, aunque ver una película en la filmoteca de turno, con tu pareja, oliendo el recinto a viejo y usado, con una lamparita quizá parpadeante por encima tuya, puede que tenga mucha más magia, más encanto y puede que para ese momento y ese lugar, el conjunto de todo mediatice mucho más que la mencionada "mega super sala de cine".
En fin, es a gustos, es a momentos, es a emociones, deseos, anhelos, sueños que llevas mucho tiempo persiguiendo...
Salsa de Menta :)
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